La implementación de un sistema de corte acusatorio adversarial genera una transformación sustancial en cada una de las etapas del procedimiento penal. La forma de gestión de los asuntos requiere, para que el modelo no fracase, de comprender La lógica del cambio y poner en funcionamiento las nuevas prácticas que el ordenamiento adjetivo incorpora. La etapa de impugnación no es la excepción y, por lo tanto, es necesario conocer y comprender cuáles son las reglas de juego del sistema.
Directores: Santiago Martínez, Leonel González postigo